Fue el primero de los tres papas apodados «El Grande», era hijo de Quintianus y los datos históricos más
antiguos dicen que fue diacono y diplomático, a las ordenes de anteriores
papas.
Se encontraba en una de sus misiones diplomáticas cuando tras fallecer el
papa Sixto III, el 19
de julio de 440, conoce su elección como nuevo
pontífice. Se dirige entonces a Roma donde es consagrado el 29 de septiembre.
Combatió exitosamente,
mediante la celebración de varios concilios, diversas herejías como: el maniqueísmo en África, el pelagianismo en Italia y el priscilianismo que se mantenía en España.
Restableció la tradición
ortodoxa, y defendió Italia de la invasión de Atila, el huno, en el 452,
reuniéndose con él en Mantua; y posteriormente contra los vándalos de Genserico
en 455.
Como papa, asumió el título de pontifex maximus, que
habían abandonado los emperadores romanos desde el 382.
Fue canonizado en 1574, y su festividad se celebra el 10 de noviembre, día de su muerte en 461.
Opinión
San León me parece uno de los papas más
importantes de su época, porque no se limitó a dirigir la Iglesia, sino que
también contribuyo a “mejorarla”, combatiendo diversas herejías en varios concilios
que organizó, como, por ejemplo, el maniqueísmo, que se extendió por Italia
venido de África, el pelagianismo, que había rebrotado en Aquilea (norte de
Italia) y el priscilianismo, que se mantenía en España.
Restableció la tradición ortodoxa
en su célebre carta dogmática a Flaviano, Tomus
Leonis, que fue aprobada por el
concilio con las palabras: «Pedro ha hablado a través de León».
Durante su pontificado también celebró, en 451, el Concilio de Calcedonia en el cual proclamó la divinidad y la humanidad de Cristo; “Consustancial
al Padre por su divinidad, consustancial a nosotros por su humanidad”. De esta
manera se opuso a las afirmaciones de las herejías de carácter trinitario que
sostenían la separación entre el Padre y el Hijo, considerado como inferior al
Padre.
En una época en que la unidad de la Iglesia estaba en peligro
a causa de graves luchas teológicas, León tomó importantes iniciativas para
oponerse a la expansión de doctrinas heterodoxas.
En los años de su papado el Imperio romano de
Occidente estaba en decadencia, de modo que caería alrededor de 15 años después
de su muerte, con el destronamiento del último emperador, lo cual situaba a la
Iglesia como principal fuerza política en Europa.
No fue un papa al que la población o los
devotos no le importasen sino que se preocupaba por el pueblo, ya que defendió
Italia en dos ocasiones. La primera fue contra Atila, rey de los hunos. El
emperador se retiraba hacia el sur ante la acometida de los bárbaros, pero León
se reunió con Atila en Mantua y firmó con él un tratado para que se retirase y
no siguiese saqueando Italia.
La leyenda cuenta que Atila se retiro por
petición del papa y con la intervención divina, pero se cree que las causas reales
de la retirada fueron la epidemias y la hambruna que sus hordas sufrían, quizás
unidas a un pacto ventajoso pagado con oro.
La segunda vez fue de los vándalos de
Genserico; en esa ocasión no pudo evitar el saqueo de Roma, pero sí consiguió
que perdonasen la vida de los habitantes.
Con tales intervenciones, la talla política
de San León quedó engrandecida, ante la debilidad del poder político romano.
Iñigo Poncela
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