miércoles, 6 de noviembre de 2013

SAN AGUSTIN DE HIPONA


San Agustín nació el 13 de noviembre del 354 en Tagaste, al norte de África. El padre de Agustín, Patricio, era un hombre pagano violento pero que gracias al ejemplo de Mónica, su esposa, se bautizó poco antes de morir.
Agustín en su juventud se dejó arrastrar por los malos ejemplos y llevó una vida desenfrenada. Mónica había enseñado a orar a su hijo desde niño, y le había educado en la fe, pero no había logrado que creyera en el cristianismo y en la Iglesia Católica.
En Milán empezó a asistir como alumno a las celebraciones del Obispo Ambrosio, quedó admirado de sus oraciones y de su vida de fe. A los 33 años de edad, fue bautizado en Milán por el Santo Obispo Ambrosio.
San Agustín escribió más de cien títulos separados, entre los que se encuentra su famosa autobiografía titulada Confesiones.
San Agustín, bendecido Doctor de la Iglesia, murió el 28 de agosto de 430, a los 72 años de edad.
Este personaje me resulta interesante porque a pesar de que tuvo unos malos años o una ‘mala’ infancia llena de malos hábitos; pudo darle la vuelta a su vida llevándola a mejor. Para mí, es como un ejemplo a seguir basándome en la esperanza y en los cambios que tuvo; es decir, por muy mal que te vaya la vida no puedes perder la esperanza porque puedes tener una oportunidad y aprovecharla para ir a mejor. Y no creo que sea una cosa que pasase hace mas de mil quinientos años, creo que intentándolo y trabajando puede seguir pasando.
Una de sus mayores motivaciones era buscar la verdad, que refirió influencia, así como de Platón, de Aristóteles (para explicar la distinción entre Dios y el resto), de la Biblia y de la fe cristiana. Llegando a conclusiones como que Dios creó el mundo o que la verdad existe. A pesar de todo él quería buscar la verdad porque de esa manera pensaba que encontraría la felicidad, la cual se encontraba en el interior; después de estar viviendo en Milán se marchó a África a buscarla orientádo por la filosofía y por la religión, para ello escribe su obra Confesiones. Para Agustín la única verdad eterna era Dios, para eso se basa en que toda verdad tiene que tener fundamento, pero que no puede estar en las cosas creadas porque van cambiando así que llega a la idea de que para él la verdad es Dios. ‘Los que no quieren ser vencidos por la verdad, son vencidos por el error’, escribió.
También, escribió mucho sobre la existencia y la duda, y él decía que si se dudaba se vivía.
En mi opinión su vida fue muy complicada pero por lo que he leído creo que supo aprovechar las oportunidades que le dio la vida para dar una vuelta por completo a su vida, y llevarla a mejor. Eso me parece de alguien valiente, porque muchas veces aún estando en una mala situación preferimos lo seguro a lo nuevo aunque pueda llegar a ser mejor, como ocurrió en su caso. Su vida podría haber sido buena desde el principio, pero quizás eligió  un mal camino al que luego supo volver. Pasó de la mala vida a una vida mejor. Por eso en algunas ocasiones en sus obras puede llegar a tener un tono pesimista o satírico; por ejemplo, ‘Siempre la mayor alegría es precedida por la mayor pena’. Aprendió mucho como persona, escribió grandes obras que incluso hoy en día son importantes, y llegó a nuevas conclusiones e ideas que por aquel entonces nadie había tenido. Para mí un gran pensador.
Como ya he dicho antes, creó que con la vida de Agustín aprendes a que la vida no va a ser siempre igual, y si estás pasando por un mal momento te puede llegar una oportunidad y con esfuerzo puedes cambiar de situación.
De todas las obras que escribió estas son algunas de las frases que más me han llamado la atención:
El que no tiene celos no está enamorado.
Da lo que tienes para que merezcas recibir lo que te falta.
Casarse esta bien. No casarse está mejor. No sé en qué sentido lo escribiría, para mí está escrita con humor.
 Fuera de la iglesia no hay salvación. Aquí queda el cambio brusco que sufrió, pasó de no creer a ser uno de los mayores creyentes.
Los que no quieren ser vencidos por la verdad, son vencidos por el error.
La ignorancia es madre de la admiración.
            Si nadie me pregunta lo sé, si trato de explicarlo no lo sé.          
            En dónde no hay caridad no puede haber justicia.
            Si me equivoco existo.

            Conócete. Acéptate. Supérate.


María Berroci                   

No hay comentarios:

Publicar un comentario