"La violencia contra la mujer es quizás la más vergonzosa violación de
los derechos humanos. No conoce límites geográficos, culturales o de riquezas.
Mientras continúe, no podremos afirmar que hemos realmente avanzado hacia la
igualdad, el desarrollo y la paz."
Kofi Annan,
Secretario General de las Naciones Unidas
Secretario General de las Naciones Unidas
La violencia contra las mujeres ha existido desde siempre. Desde los
romanos, hasta hoy en día, las mujeres han sido menospreciadas y maltratadas.
Puede que sea porque los hombres son más fuertes, o porque las mujeres sean
más débiles, pero no hay derecho. En este mundo todos somos iguales. Por eso
las mujeres debemos decir "¡Basta!" a los maltratadores, porque si
no, nuestras hijas, y las hijas de nuestras hijas seguirán siendo víctima de
los hombres.
Una vez, mientras hacía zapping en la televisión, encontré un programa muy
interesante: Perdidos en la tribu. Trata sobre familias españolas que visitan
una tribu durante un tiempo, y se adaptan a sus costumbres y hábitos. Las
mujeres trabajaban mucho más que los hombres, y nunca estaban juntos. Los
hombres hacían una cosa, y las mujeres otra.
Durante una comida de mujeres, la madre y la hija españolas observaron que
todas las mujeres de aquella tribu tenían marcas en la espalda, eran
cicatrices. Les preguntaron qué les había pasado, y contestaron que habían sido
sus maridos. Esas cicatrices eran la muestra de que las querían. Por lo tanto,
la mujer que tenía más cicatrices era la más querida; y todas las mujeres pensaron
que el marido de la española no la quería.
En este programa se demostró que incluso las mujeres que viven en un sitio
sin comunicación pueden ser maltratadas. Ahora no solo hablamos de los Arabia
Sauditas, o los Iraníes, hablamos de que las mujeres que son maltratadas se
resignan y no hacen nada, de hecho están orgullosas de sus marcas.
Si no paramos esto, las mujeres estarán condenadas a que los hombres abusen
de ellas para siempre. Si hemos logrado tener derecho al boto, si hemos logrado
que todos tengamos el salario justo, ¿por qué no vamos a parar la violencia
contra las mujeres?
Ana María Teberio
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