“Yo nunca” es una de las frases más utilizadas desde la barrera de
las drogas. Mucha gente piensa que nunca va a caer en ellas, que ese mundo es
una mierda, y que ellos no son tan tontos como para depender de tal substancia.
El consumo comienza la mayoría de veces en la adolescencia, muchas veces
incluso en la niñez. En ambas edades no se tiene suficiente cabeza como para no
consumirlas por saber sus consecuencias, pues es un periodo en el que queremos
nuevas experiencias, y una vez conseguida, la frase nuevamente repetida es “yo
no, sólo quería probarlo”. Todos piensan que no van a engancharse, pero sólo
unos pocos son lo suficientemente capaces de no caer, tras haberla probado, tras
haberla probado, en el mundo de la droga, en el que ella se convierte en la
única razón por la que vivir, la que dirige los deseos, las ideas o las
acciones, hasta tal punto de no ser capaz de controlar la propia vida.
Proyecto Hombre es una ONG dedicada al tratamiento y prevención de las drogodependencias y otras conductas adictivas que nace en España en 1984. Trabaja tres aspectos fundamentales: la prevención del consumo de drogas, la rehabilitación y la reinserción del drogodependiente en todas las áreas de la sociedad. El método de Proyecto Hombre, consiste en identificar el problema
existencial que induce a la persona a la adicción y trabajarlo desde un marco
terapéutico-educativo para lograr que recupere su autonomía, su sentido de la
responsabilidad y su capacidad para tomar decisiones y volver a ser un miembro
activo de la sociedad.
Es difícil salir una vez dentro. Muchos
drogodependientes llaman “mierda” a la propia substancia por la que viven, y
definen su vida como un infierno. Tal es, entonces, el punto de peligro de la
droga, que aun queriendo, no se puede salir. Se pierde la ilusión, las ganas de
trabajar, o de crear una familia. Ni siquiera se recuerda lo que es eso: ya
sólo existe el colocón, el buscarla y conseguirla de cualquier modo, ya no
quieres a nadie… y es entonces cuando algunos deciden que no quieren seguir
así, y acuden a ésta ONG, en busca de ayuda. Algunos ni siquiera son capaces de
ver el problema, y mueren en su adicción.
El trabajo de esta organización me parece muy
difícil y admirable. Aunque pienso que nunca se debe caer en ella, me parece
admirable también el que los drogodependientes quieran salir del mundo de la
droga. Lo que es una pena es que se empiece en una edad tan temprana. También
que gente como empresarios que haya llegado lejos en la vida, lo pierda todo
por algo, que en mi opinión, no sirve para absolutamente nada.
Alba Díaz de Sarralde
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