Miles de niñas y niños en todo el mundo son involucrados en
guerras y enfrentamientos armados.
La
mayoría de las niñas, niños y jóvenes que actualmente participan en aproximadamente 20 conflictos
armados en todo el mundo, no luchan
dentro de ejércitos oficiales, sino bajo el mando de otros grupos armados. La mayoría de ellos
son forzados a luchar con armas, otros voluntariamente
porque no ven otra alternativa para subsistir que no sea participar en la
guerra. Las razones para este voluntariado son la carencia de perspectivas para
encontrar un trabajo o para educarse, o simplemente el deseo de salir del
entorno violento dentro de la propia casa. La venganza juega también un rol
importante, cuando, por ejemplo algunos miembros de la familia han sido muertos
durante un conflicto armado.
La vida de las niñas y niños soldados es sumamente dura y peligrosa: son utilizados como mensajeros, cargadores y espías. Son obligados a colocar explosivos y aprenden a usar pistolas y armas automáticas. Las niñas muchas veces son forzadas a satisfacer las necesidades sexuales de los soldados en los campos militares. Las niñas y niños soldados no solamente son víctimas en contextos de conflictos armados, también se les transforma en victimarias y victimarios. Durante su formación militar, para endurecerlos, muchas veces son obligados bajo amenaza de muerte a asesinar a amigos y miembros de su propia familia. Otra razón del reclutamiento forzado de niñas y niños, es porque son más dóciles que los adultos y se pueden instruir mejor para matar. Todo esto ocurre muchas veces bajo la influencia de las drogas y el alcohol.
La vida de las niñas y niños soldados es sumamente dura y peligrosa: son utilizados como mensajeros, cargadores y espías. Son obligados a colocar explosivos y aprenden a usar pistolas y armas automáticas. Las niñas muchas veces son forzadas a satisfacer las necesidades sexuales de los soldados en los campos militares. Las niñas y niños soldados no solamente son víctimas en contextos de conflictos armados, también se les transforma en victimarias y victimarios. Durante su formación militar, para endurecerlos, muchas veces son obligados bajo amenaza de muerte a asesinar a amigos y miembros de su propia familia. Otra razón del reclutamiento forzado de niñas y niños, es porque son más dóciles que los adultos y se pueden instruir mejor para matar. Todo esto ocurre muchas veces bajo la influencia de las drogas y el alcohol.
Estos niños y niñas
han sido secuestrados en la calle o sacados de las aulas, campos de refugiados
o campos de desplazados internos. Otros muchos son forzados a salir de sus
casas a punta de pistola, mientras unos padres angustiados los ven partir sin
poder hacer nada. Otros son reclutados mientras juegan cerca de casa o caminan
por la carretera.
Los reclutadores
suelen enviar a estos niños a campos de entrenamiento junto a los adultos para
que reciban formación y adoctrinamiento militar. Tras varias semanas de
entrenamiento, son utilizados en primera línea de fuego, como carne de cañón.
Cuando termina el
conflicto no cuentan como bajas, no se sabe dónde están y no se les puede
reeducar. Los niños capturados por el ejercito contrario, mueren, son
torturados o reeducados para trabajar para el nuevo ejército.
Hoy día hay,
oficialmente, 300.000 niños combatientes en el mundo.
No
se conoce el número real de menores movilizados. La cifra oficial lo sitúa en
torno a 300.000. Hay que tener en cuenta que en muchos de los países donde hay
más menores reclutados no hay registros de nacimiento ni identificaciones que
permita cuantificarlo.
MI OPINION:
Yo creo que estos niños igual que todo los demás tienen y
tenemos derecho a una educación. Muchos de nosotros nos quejamos de ir a clase
y de los exámenes (aunque pensándolo bien no sirven para mucho sino para que
nos aprendamos lo que tenemos que estudiar sino tampoco lo estudiaríamos), es
muy importante saber cosas para labrarnos un futuro, para conseguir trabajo y
así poder formar una familia todo el que quiera.
Pero estos niños o muchos de ellos no pueden elegir entre
ir a la guerra o quedarse a ayudar a sur padres y así poder aprender un oficio
y ganarse la vida.
Aunque muchos de ellos hayan querido ir porque ellos han
querido, no lo tienen que pasar bien pues
echaran de menos a sus familias.
Lo peor no es que hayan ido, sino, que luego les
maltratan o que los utilizan en primera línea de guerra, abusan de ellos y
luego nadie se acuerda ni siquiera de darles un digno enterramiento, los dejan
como si tiráramos la basura.
Por eso hay que parar esto de una vez antes de que mas
niños sufran y mueran por gente que ni siquiera conocen.
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