En
este texto voy a hablar de una gran realidad que no solo está
presente en los países subdesarrollados, sino que, también existe
en lugares con altos índices de desarrllo como la mayoría de los
países europeos (incluyendo, como no, a España), y este problema,
como el título de mi artículo indica, son las personas que debido a
sus penurias económicas o a algún problema mental (o drogadicción)
se ven obligadas a hacer de las frías calles un hogar para vivir;
con la única compañía de un brick de vino barato o un delgadísimo
perro y sin otro colchón para dormir que un cartón usado. Así es
la vida de miles de personas hoy en día, ¿es esto realmente justo?
Además,
este problema empeora cuando llega el invierno, ya que, por ejemplo,
este año ha habido bastantes casos de muerte de mendigos por
congelación debido a las gélidas temperaturas que llevan asolando a
toda Europa durante más de una semana. Por eso, en algunas ciudades
las organicaciones guvernamentales o religiosas abren sus puertas a
las vulnerables víctimas de la inflacción y les proporcionan
refugio para varios días, que suelen ser escasos debido a la crisis.
En nustra ciudad, una de las ciudades que más dinero invierte en la
erradicación de la pobreza, hay comedores sociales destinados a los
pobres, y algunas iglesias acogen a numerosos desfavorecidos.
En
mi oinión este es un gran problema el cual gracias a la solidaridad
de todos los habitantes se debiera de solucionar lo antes posible ya
que la situación de estas personas que viven en la calle es
insosotenible. Además, yo creo, que los ayuntamientos deberían
emplear una mayor cantidad de dinero público para acabar con la
pobreza de los indigentes, en vez de, hacer obras innecesarias y
costosas en las calles de nuestra ciudad; cuando, obviamente, el
dinero, al estar en una crisis ecónomica es un bien escaso que no
conviene malgastar con gastos de este estilo.
De
esta manera, opino, que todos los habitantes deberíamos contribuir
en esta causa y así este problema se vería definitivamente
solucionado.
Finalmente,
he de decir, para concluir mi artículo, que no debemos dar la
espalda a toda esta gente desfavorecida, y que si dijeramos adiós a
esta sociedad tan excesivaamente consumista la balanza de las
injusticias mundiales se eqilibraría definitivamente. Porque, la
mayoría de las veces, esta humilde gente es la verdadera víctima de
nuestro cosumo desmesurado.
Por
lo tanto, ¿Qué podemos hacer nosotros?
Por:
Claudia 4.B E.S.O.
No hay comentarios:
Publicar un comentario