Justino Mártir (c. 100/114 - 162/168) fue uno de los
primeros apologistas cristianos.
Nació en la ciudad de Flavia Neapolis (actual Nablus, en
Cisjordania; llamada Siquem en el Antiguo Testamento). Aunque afirma ser
samaritano, su familia era pagana de habla griega, por lo que fue educado en
ese contexto cultural. En su Diálogo con Trifón cuenta que estudió filosofía
con diferentes maestros que por una u otra razón le decepcionaron y, tras
convertirse al cristianismo en Éfeso, en tiempos de Adriano, dedicó el resto de
su vida a difundir lo que él consideraba la verdadera filosofía. Parece ser que
viajó bastante, y que al final de su vida se instaló en Roma, donde fundó el
Didascáleo romano, una escuela de filosofía cristiana. Sufrió martirio en la
capital del Imperio, al parecer debido a sus disputas con el cínico Crescencio,
durante el reinado de Marco Aurelio, siendo Junio Rústico prefecto de la ciudad
(entre 162 y 168).
Justino es uno de los mártires que demuestra, desde el punto
de vista histórico, de cómo la Iglesia celebraba el culto desde el comienzo de
la misma. En el capítulo 2, versículo 42 del libro Hechos de los Apóstoles, se
lee "Perseveraban asiduamente en la doctrina de los Apóstoles y la
comunión, en la fracción del pan y en las oraciones". De allí que su
famoso discurso eucarístico sea citado siempre como referencia de cómo vivían
la fe los primeros cristianos.
Su discurso Eucarístico:
“El día que se llama día del sol tiene lugar la reunión en
un mismo sitio de todos los que habitan en la ciudad o en el campo. Se leen las
memorias de los Apóstoles y los escritos de los Profetas. Cuando el lector ha
terminado, el que preside toma la palabra para incitar y exhortar a la
imitación de tan bellas cosas. Luego nos levantamos y oramos por nosotros… y
por todos los demás dondequiera que estén, a fin de que seamos hallados justos
en nuestra vida y nuestras acciones y seamos fieles a los mandamientos para
alcanzar la salvación eterna.
"Luego se lleva al que preside el pan y una copa con
vino y agua mezclados. El que preside los toma y eleva alabanzas y gloria al
Padredel universo, por el nombre del Hijo y del Espíritu Santo, y da gracias
largamente porque hayamos sido juzgados dignos de estos dones.
"Cuando el que preside ha hecho la acción de gracias y
el pueblo ha respondido “amén”, los que entre nosotros se llaman diáconos
distribuyen a todos los que están presentes el pan y el vino “eucaristizados”.
(SAN JUSTINO, Carta a Antonino Pío, Emperador, año 155) “A nadie le es lícito
participar en la Eucaristía, si no cree que son verdad las cosas que enseñamos
y no se ha purificado en aquel baño que da la remisión de los pecados y la
regeneración, y no vive como Cristo nos enseñó. Porque no tomamos estos
alimentos como si fueran un pan común o una bebida ordinaria, sino que así como
Cristo, nuestro salvador, se hizo carne y sangre a causa de nuestra salvación,
de la misma manera hemos aprendido que el alimento sobre el que fue recitada la
acción de gracias, que contiene las palabras de Jesús y con que se alimenta y
transforma nuestra sangre y nuestra carne, es precisamente la carne y la sangre
de aquel mismo Jesús que se encarnó.
"Los apóstoles, en efecto, en sus tratados llamados
Evangelios, nos cuentan que así les fue mandado, cuando Jesús, tomando pan y
dando gracias dijo: “Haced esto en conmemoración mía. Esto es mi cuerpo”. Y
luego, tomando del mismo modo en sus manos el cáliz, dio gracias y dijo: “Esta
es mi sangre”, dándoselo a ellos solos. Desde entonces seguimos recordándonos
unos a otros estas cosas. Y los que tenemos bienes acudimos en ayuda de otros
que no los tienen y permanecemos unidos. Y siempre que presentamos nuestras
ofrendas alabamos al Creador de todo por medio de su Hijo Jesucristo y del
Espíritu Santo”. (SAN JUSTINO, Carta a Antonino Pío, Emperador, año 155)
Mi opinión es que el hizo bastante por la iglesia porque el
ayudo diciendo lo que pensaba y no lo que otros decían que era lo correcto,
sino que el tenia otra opinión diferente sobre lo que era lo correcto y lo que
el creía que era la verdadera filosofía y no lo que los demás le decían porque
le decepcionaban y decidió convertirse al cristianismo y decir lo que el
pensaba filosóficamente y personalmente. También demuestra en sus evangelios
que en la iglesia se celebraba desde siempre el culto, diciendo que estaban lo
apóstoles, la comunión, la fracción del pan y las oraciones y lo escribe en sus
evangelios, por eso se cita como lo que hacían los primeros cristianos. Y todo
eso lo hizo con su propia opinión y no la de sus maestros que le decepcionaron
de maneras diferentes y por eso el no hizo caso y aplico las suyas propias,
asique por eso creo que fue bueno para la iglesia.
Arantxa Bengoa
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