Agustín de Hipona o San Agustín (Tagaste, 13 de noviembre de
354 – HippoRegius, 28 de agosto de 430) es uno de los cuatro más importantes
Padres de la Iglesia latina.
Su primera lectura de las Escrituras le decepcionó y acentuó
su desconfianza hacia una fe impuesta y no fundada en la razón. Su preocupación
por el problema del mal lo acompañaría toda su vida.
A partir de la idea de que «Dios es luz, sustancia espiritual
de la que todo depende y que no depende de nada», comprendió que las cosas,
estando necesariamente subordinadas a Dios, derivan todo su ser de Él, de
manera que el mal sólo puede ser entendido como pérdida de un bien, como
ausencia o no-ser, en ningún caso como sustancia.
La convicción de haber recibido una señal divina lo decidió
a retirarse con su madre, su hijo y sus discípulos a la casa de su amigo
Verecundo, en Lombardía, donde San Agustín escribió sus primeras obras. En 387
se hizo bautizar por san Ambrosio y se consagró definitivamente al servicio de
Dios. En Roma vivió un éxtasis compartido con su madre, Mónica, que murió poco
después.
¿POR QUÉ ES IMPORTANTE SAN AGUSTÍN
COMO MIEMBRO DE LA IGLESIA?
Era un hombre muy inteligente, realizó muchos estudios de
filosofía, que le llevaron a buscar nuevas ideas durante toda su vida. Nunca se
conformó con nada, siempre trataba de dar nuevas explicaciones a todas las
cuestiones que iba encontrando en su vida.
Nacido de un padre pagano y una madre cristiana, siempre
hubo es él este choque de ideas. En su infancia su madre intentó inculcarle la
fe cristiana, pero siempre encontraba dudas y nuevos conocimientos que aprender
y enfrentar a los anteriores. Estudió a los filósofos antiguos, y tras pasar
por varias épocas en su vida de desorden, a nivel intelectual y sentimental,
acabó abrazando la fe cristiana como única respuesta en su vida.
Es algo muy importante que la última opción de San Agustín
fuese la cristiana, porque él tuvo muchas opciones en su camino: tuvo una
pareja durante catorce años, un hijo, fue famoso por su don de palabra, conoció
muchas ciudades,..
Después de adquirir todo este conocimiento, y ya a la edad
de 33 es bautizado en Milán. Esto nos enseña que nunca es tarde para aprender la verdad o para rectificar nuestras
conductas en la vida.
Además resulta impresionante pensar que es un personaje de
hace más de 1500 años, y vemos en sus ideas que era un hombre muy adelantado a
su tiempo, y con una mente muy abierta. De hecho, se le relaciona con varias ideas modernas, y
muy posteriores a su época:
1.
Agustín y la Teoría de la Relatividad
Según el científico Roger Pen rose, San Agustín tuvo una «intuición genial» acerca de la
relación espacio-tiempo, adelantándose 1500 años a Albert Einstein y a la
Teoría de la Relatividad cuando Agustín afirma que el universo no nació en el
tiempo sino con el tiempo, que el tiempo y el universo surgieron a la vez.6
Esta afirmación de Agustín también es rescatada por el colega de Pen rose, Paul
Davies.
2.
Agustín y el Evolucionismo
Agustín, quien tuvo contacto con las ideas
del evolucionismo de Anaximandro, sugirió en su obra La Ciudad de Dios que Dios
pudo servirse de seres inferiores para crear al hombre al infundirle el alma,
defendía la idea de que a pesar de la existencia de un Dios no todos los
organismos y lo inerte salían de Él, sino que algunos sufrían variaciones
evolutivas en tiempos históricos a partir de creaciones de Dios.
3.
Agustín y la Biblia con respecto a la ciencia.
Un mérito de san Agustín es haber visto
correctamente la inerrancia y la autoridad de la Escritura. Ésta se refiere
únicamente a los temas de fe y de moral y no a los temas científicos. Ya en los
siglos IV-V san Agustín vio con claridad que la Biblia no tiene ninguna
autoridad en temas científicos.
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